24 de Diciembre

24 de diciembre.

Quisiera regresar veinte años al pasado y pagar precios inalcanzables para ser cargado en tus hombros una vez más. El tiempo, que en vivientes fragmentos divide al que fui, del que seré. ya nada se parece, ya nada es igual.

Pasaron dos décadas desde tu caída, devuélvemelo bella hechicera, dilo, tu si lo sabes, que el cielo es ciego, pero afortunado por tenerlo. y estas malditas ganas de gritarle “vuelve”.

¿Es posible matar el remordimiento? nos quejamos teniendo todos los tesoros en casa. Hay vacíos que nunca se llenaran, un asiento reservado al final de la mesa, al final del día. Al final de la vida.

Brindemos con bocas sedientas por aquellos que se quedan y los que no vuelven jamás. Mientras los recuerdos se vuelven oraciones seremos hijos del ser mayor llamado tiempo. Inmunes a la eternidad, sufriendo ausencias.

Levantemos esas copas y brindemos a media noche, el reloj suena parar invitarnos a descansar. Ni el sueño ni su pueblo de imágenes rotas, ni el delirio y su espuma profética, ni el amor con abrazos y caricias nos bastan,

más allá de nosotros, en las fronteras del ser y el estar, una vida nos reclama.

Sé que tu alma ya rebosa, hasta los amores más antiguos sin raíz. Quiero dejarte descansar y no llorarte nunca más ¿Por qué en esta fecha? ¡Esta maldita fecha! Tu recuerdo Vuelve una vez más.